sábado, 13 de junio de 2015

I. RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA FAMILIAR. LA LÍNEA TRADICIONALISTA DE LA FAMILIA Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA CASA "DE INDIANOS". IZARRA, ÁLAVA



Un lugar de felicidad para el recuerdo

La casa Azaola, un espacio que todavía hoy, a pesar del tiempo, ha conseguido mantener viva la memoria de una parte de la familia, sobrevive como testigo mudo de esa historia familiar. Fueron sus promotores los primeros indianos de la saga que luego habitaron durante casi cuatro generaciones en ella. Pero antes la familia Azaola, procedentes de Orozco, y la de Alzuyeta mandaron a la emigración americana a alguno de sus miembros ya en el s. XVIII. Entonces se buscaba, con el sacrificio de los jóvenes (16-24 años) que partían a esa emigración, y que no tenían "compromiso matrimonial, pero sí un cierto grado de educación, que fueran a América para desempeñarse en la administración, el comercio o la minería, y que generalmente lo hacían para siempre, ya que pocos regresaron". Eran jóvenes "dedicados habitualmente a tareas productivas relacionadas con el comercio y la minería, se caracterizaban por una mentalidad emprendedora, que contrastaba con el comportamiento mayoritario de la nobleza tradicional, cuyo valor fundamental era el honor, que implicaba una determinada conducta social y económica.".  "En general los emigrantes llevaban una vida caracterizada por la sobriedad, centrada en el trabajo y la práctica religiosa diaria, lo que les permitía enviar unas cantidades modestas en la mayoría de los casos. Aún así, esta entrada de recursos extraordinarios a la casa sirvió para que las familias pagaran deudas, invirtieran comprando inmuebles y fincas" y mejoraran, con donaciones, las condiciones de sus territorios. "En el caso de los alaveses asentados en Nueva España, la gran mayoría mandaron cantidades modestas, acordes con su situación en la sociedad, generalmente acomodada pero sin grandes lujos." (Los alavese en la Nueva España y la huella novohispana en Álava durante el s. XVIII. Juan José Benavides Martínez- https://www.urjc.es/images/ceib/revista_electronica/vol_9_2015_2/REIB_09_02_JJ_Benavides.pdf

Las casonas llamadas de indianos son construcciones en peligro de extinción. Su diseño con influencias americanas pero muchas de construcción modesta, como la que nos ocupa, permitía hospedar a familias numerosas, incluso animales domésticos y ganado, porque estaban pensadas para comodidad, uso y disfrute de quienes las habitaban. El lugar ideal para juegos y ensoñaciones de infancia fuera del control perpetuo de los adultos, cobijaba entre sus muros a una familia de la que nos quedan sus retratos y con ellos la constancia de su breve pero intensa existencia. Así que este es mi homenaje agradecido a quienes nos precedieron y que nos legaron con esta casa una vida tan feliz, sencilla y sin lujos, a no ser el de los grandes espacios por los que moverse. En definitiva, una vida en un ámbito rural excepcional.




Casa Azaola 1898, Izarra, Álava. Estilo ecléctico colonial georgiano s. XIX. Un estilo que no está valorado en nuestro territorio pero que en EEUU casas de este tipo se trasladan de lugar y se rehabilitan.
El estilo georgiano se caracteriza por "Lo más destacable es sin duda la simetría del edificio tanto de cara al exterior como en la distribución interior. La fachada principal tiene una disposición con la puerta de acceso en el centro y el mismo número de ventanas a ambos lados de la misma. En cada piso superior habrá de nuevo otra ventana que se corresponda verticalmente con la del piso inferior o, en el caso del centro de la fachada, con la puerta. Una fachada que suele estar revestida en madera o piedra y que se alza hasta una cubierta de nuevo simétrica a dos o cuatro aguas. En la casa Azaola estaba previsto construir un nuevo piso que pudiera acoger a la numerosa familia pero la vida y la guerra civil suspendieron el proyecto.

El interior, como decíamos, continúa con una paridad casi exacta a partir del eje central. Un gran recibidor suele dar a sendas habitaciones con las mismas dimensiones a ambos lados y que, además, se reproducen en habitaciones con las mismas proporciones en los pisos superiores. Esa simetría ha hecho también que las construcciones de tipo georgiano se hayan podido adaptar al paso del tiempo incluso en las zonas urbanas. En muchas ciudades británicas y de Norteamérica es habitual ver cómo una casa tradicionalmente georgiana se ha dividido por el centro para convertirse en dos distintas. A continuación ofrecemos varios ejemplos de este estilo arquitectónico. (https://www.canexel.es/blog/arquitectura-georgiana-el-estilo-mas-colonial/).
Dentro de este tipo de casas las había más modestas, como la que nos ocupa, y muchas de lujo. 

Casa rehabilitada que podría parecerse a la de la familia Azaola si esta fuera rehabilitada.



Y siguiendo con los personajes familiares:



Cipriano de Azaola de Arbaiza
(Orozco, 1845-1916). Llegó a Izarra procedente de Orozco, Vizcaya, cuando se estaba construyendo la línea del ferrocarril Miranda- Bilbao. Allí se instaló en la fonda y se dedicó al comercio de vinos de la zona.  Con el dinero ganado en México por dos de sus hijos, Ernesto y Víctor,  se construyó la casa familiar. Se casó con Micaela Aspizua Martinez de Marigorta (
Zaitegui-1843-1914) . La hermana de Micaela, Catalina, contrajo matrimonio con un industrial de la Hullera Vasco-Leonesa, José de Amézola y Viriga. Su hijo mayor José, fue el primer medallista olímpico en el deporte de pelota vasca. Cipriano y Micaela tuvieron nueve hijos, cinco varones, todos solteros, y cuatro mujeres, tres de ellas destinadas a tener  descendencia, y una dedicada al cuidado de los padres. La soltería entre los hombres era costumbre del País Vasco en la época, en aras de la mejor defensa del patrimonio común, que se centraba sobre todo en la construcción y mantenimiento del grupo familiar y de una casa común. Fue una familia muy católica de orientación jesuita, incluso decían ser descendientes de San Ignacio de Loyola y procuraban seguir las virtudes que encarnaba de misericordia, paciencia y piedad.
 José de Amézola y Aspizua, primo de los hermanos Ernesto y Víctor Azaola y primer medallista olímpico en pelota vasca.



Bautista Arzubia Azaola (Vizcaya 1902- 1941, México),
sobrino de Ernesto Azaola. Las únicas fotos que mandó a su tía Isabel, dedicadas, fueron estas. Sabemos que fue empleado en la administración posrevolucionaria y que murió en México de una miocarditis aguda. (Información Christian Walton). Su hermano José Luis Arzubia Azaola también emigró a México. De él se dice en el libro editado en 2008 por Amaya Garritz en la Universidad Autónoma de México, titulado Aportaciones e integración de los vascos a la sociedad mexicana. Capítuo: Los vascos poblanos "La demografía nos juega un guiño excepcional con el aso del vasco José Luis Arzubia Azaola, que ya con 23 años está casado y es dueño de un expendio de gasolina, cosa poco común en esa cohorte de edades. En su registro aparece que domina también la lengua francesa".


Bautista Arzubia Azaola (1902-1941)


Isabel
Azaola Aspizua (1885-1977), la benjamina de nueve hermanos (Ernesto, Rosalía, MªDolores, Víctor, Manuel, Catalina, Germán, Alejandro, Isabel). Retrato en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Se casó con Luis Montes Gorostiaga. Llevó una vida de señora de la clase acomodada dedicada a procrear hijos. A su hija le solía decir "Yo con tu padre me relacioné cuatro veces, las veces que os tuve a vosotros" y su hija le contestaba, "No, madre, cinco, porque tuviste un aborto" a lo que ella respondía, "Sí, cierto, cinco". Entre sus aficiones estaba jugar a las cartas, escuchar seriales radiofónicos y leer los periódicos. Le gustaba decir que descendía de la casa de Loyola por parte de madre. Se sabe que uno de los hermanos del fundador de los jesuitas se instaló en Álava pero no hay genealogía desde el siglo XVI, luego esa información llegó hasta ella por transmisión oral y pocas pruebas de que así fuera.



Ernesto de Azaola Aspizua
(Izarra, 1868-1898 Puerto de Acapulco). Emigró a Acapulco a los 16 años en 1884, colaboró en tareas comerciales con la famosa Casa de Alzuyeta. De él se dice en una crónica de un periódico local acerca de un famoso personaje mexicano de la época:
Juan Ranulfo Escudero Reguera tuvo por padrinos a dos comerciantes gachupines amigos de la familia: Rufino de Orve y Ernesto Azaola. El lugar del hecho era el puerto de Acapulco, paraíso tropical mexicano dejado de la mano de Dios y férreamente atrapado por las manos de algunos hombres.” Murió Ernesto de tuberculosis según consta en el Acta de Defunción de la época. (Información de Christian Walton).


Reunión de lugareños -podría ser personal de la Casa Alzuyeta- donde podría estar Ernesto Azaola a finales del XIX.


 
 Corrida de toros en Acapulco 1900.
Bahía de Acapulco a finales del XIX.
Fragata Sarmiento. Llegaba a Acapulco procedente de Colombia.

Foto de Christian W. Cementerio de San Francisco (Acapulco). Tumba de Ernesto Azaola, fallecido en 1898. Enterrado junto a los hermanos Ignacio Alcorta y Alzuyeta (Bilbao 1873-Acapulco, 1894) y Juan Jesús Alcorta y Alzuyeta (Bilbao, 1869-Acapulco, 1897). Fueron los administradores de la Casa Alzuyeta instalada en Manila.

Curiosamente 100 años antes unos supuestos antepasados libraron batalla en la guerra de la independencia de EEUU contra los británicos. Fue en 1776, en Brooklyn, Nueva York y se pusieron a las órdenes del general George Washington junto con 198 españoles más. Acabaron en las mazmorras de los barcos británicos sufriendo una muerte con terribles penurias. Curiosamente se llamaban Ignacio Alcorta y Pedro Azaola. Una placa los recuerda. (https://elpais.com/cultura/2021-10-04/los-200-espanoles-que-murieron-en-las-bodegas-de-un-barco-ingles)
 
La placa conmemorativa
Algunos de los nombres de estos españoles entre los que figuran Pedro de Azaola Bolomburu (Begoña, n. 1747). Casó en 1767, en la P. Santiago de Bilbao, con Úrsola de Gabancho Ormaechea, y Juan Ignacio Alcorta.



Tren que llevó a Víctor Azaola de vuelta a Veracruz desde Manzanillo para tomar el barco de regreso a España después de enterrar a su hermano Ernesto. Ernesto hacía los viajes en mula.




Víctor Azaola Aspizua (1874-1931). Presidente Diputación de Álava de 1913 a 1916.  Al cumplir 17 años, en 1891, emigró también a Acapulco para incorporarse a la Casa Comercial de los Alzuyeta. Regresó a España para finalizar las obras de la casa de Izarra y, al morir el hermano Ernesto y los hermanos Alzuyeta en Acapulco, regresó a hacerse cargo de la Casa Comercial pero regresó definitivamente a España en torno a 1908 cuando las Casa Comerciales españolas empezaban a decaer por la presión norteamericana y la sucesión de terremotos en la zona. Sabemos que estaba en Acapulco hacia 1899 porque en el libro "Acapulco" de Rosendo Pintos Lanunza se comenta que por entonces "Víctor Azaola era jefe entonces de la fuerte Casa de Alzuyeta y Cia." (información de Christian Walton.)


El coche del tío Víctor. En origen era negro. Peugeot Torpedo 1919.

Panteón Azaola en Izarra, Álava.
Casa Azaola 1898. Se puso la fecha en honor de Ernesto porque fue el artífice de la construcción de la casa. En la foto, Isabel Azaola y su hija Dolores Montes Azaola asomadas al balcón.
Casa Azaola (1898)


Casa Azaola parte trasera y vista desde la estación