Apenas tenemos hoy noticia de la actividad que llevaron a cabo comerciantes españoles en Acapulco en el s. XIX: no sabemos qué relaciones mantuvieron con la población autóctona, qué dificultades encontraron, por qué fracasaron y cómo murieron; cómo llegaron con ellos otros ciudadanos de países europeos o americanos, atraídos por el poder comercial que representaba la ruta marítima desde Filipinas y que dominaban las poderosas casas comerciales españolas. En aquellas épocas era fácil suponer que la vida cotidiana podría parecerse mucho a la colonización del oeste norteamericano de la que hemos visto tantas películas y leído tantas crónicas. Tampoco sabemos cómo se transportaban los productos, de dónde procedía el material de construcción de hierro para construir edificios y fábricas, ni cómo viajaban los que se aventuraban a tal proyecto de vida.
Esta página intenta abrir un canal de información sobre ese momento y esas gentes como contribución a la memoria histórica, que, por supuesto, contará, como tosas las memorias, con sus luces y sus sombras.
Pues bien una de las casas comerciales más renombradas de ese periodo en ultramar fue la Casa Alzuyeta y Cia, cuyos fundadores eran oriundos de Baquio, Vizcaya. Después tenemos que dar un gran salto en el tiempo y ya en la actualidad, nos encontramos en el antiguo cementerio de San Francisco. En él hay, entre otras muchas, tres tumbas con sendos monolitos que corresponden a dos hermanos Alzuyeta y a uno de sus socios o colaboradores, Ernesto Azaola. Gracias a dos amables acapulqueños que han entrado en este blog, sabemos que Ernesto viajó a Acapulco con un hermano pero que murió con apenas 30 años como reza en la sepultura -los hermanos Alzuyeta también murieron sin haber llegado a los 30-; sabemos que el otro hermano Azaola, Víctor, regresó después de tan luctuoso suceso. Sabemos que la casa Alzuyeta en Acapulco, construida con estructuras de hierro, tras el terremoto de 1909, fue desmontada y reconstruida por la Escuela de Arquitectura para proteger una muestra del arte de la era industrial que llegó hasta allá sin que sepamos cómo. Y ahí nos hemos quedado.
Espero que esta página sea un motor para que entren otros ciudadanos informados que nos ayuden a saber más acerca de lo que desconocemos. De momento contamos con algunas fotografías enviadas por un ciudadano y un arquitecto y profesor de la Escuela de Arquitectura de Acapulco.
Cementerio de San Francisco. Los tres monolitos de las tumbas de los Alzuyeta y de Azaola (los hermanos Ignacio y Juan Jesús Alcorta Alzuyeta y Ernesto Azaola) muertos entre 1894 y 1898 con 30 años. Arriba las tumbas junto al panteón de los hermanos Escudero. (Foto de C. Walton)
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Marca en una de las columnas (NP16) que da alguna señal de su origen. |
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Barandal original de la casa que podría dar alguna pista de su origen. |
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Fábrica de Ticuí en la actualidad. |