Y la gran casona, construida gracias al esfuerzo de
Ernesto Azaola, quien se dejó su joven vida en el empeño en la ciudad de
Acapulco, cobijó a lo largo de muchos años a una extensa familia durante los
veranos. No obstante, el afán migratorio transmitido a través de las historias
narradas por los hermanos y padres de Ernesto, impulsó a Alberto, el benjamín
del matrimonio compuesto por Luis Montes e Isabel Azaola, a emigrar a
Venezuela, tras la guerra civil en España, a causa de la escasez de
oportunidades en el propio país y el dolor por la pérdida del hermano mayor en
la contienda. Indudablemente, gracias a estos grandes personajes de la vida
cotidiana que nos precedieron, los cinco nietos de Doña Isabel Azaola pudimos
disfrutar de una infancia tan magnífica y privilegiada, que sólo la ya reducida
memoria de quienes la vivieron puede hoy recuperarla.
Alberto Montes Azaola y Begoña Amuriza Velasco en su casa de Caracas. Foto de Paco Ortega.

Excursión familiar al campo en Caracas con un matrimonio amigo, los Busquet-Cebrián. Foto de Alberto Montes.
Carta de Begoña a su suegra y su cuñada desde Caracas en 1952, con una coletilla de Alberto.
1952. Bautizo de Beatriz la cuarta hija de Alberto y Begoña en Caracas. El padrino, a la derecha, fue Paco Ortega, un periodista bilbaino y padrino de Beatriz, la recién nacida. Paco desapareció en la selva venezolana hacia 1957.
El tío-abuelo Manuel Azaola Aspizua con Lola Montes Amuriza. Cuando estalló la guerra civil, el tío marchó de Bilbao a Izarra para reunirse con sus sobrinos y, por el camino, lo detuvo un grupo de anarquistas; lo subieron en un camión. Sobre la marcha, Manuel se tiró del mismo y cayó en una cuneta hiriéndose gravemente en una pierna. Estuvo dos días en ese lugar, y, cuando lo rescataron, la gangrena de la herida provocó la amputación de la pierna.
Viaje de Caracas a Barcelona de Begoña con dos de sus hijas, Lola con la muñeca, y Beatriz en brazos.
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| Las abuelas y la tía Dolores en la casa de Izarra rodeadas de sus nietas y sobrinas. Al fondo Begoña. Foto de Alberto Montes. | | | | | | | | | | |
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El lugareño Martín Izarra, su hijo Jesús y la yunta de bueyes en casa Azaola. En el carro de bueyes íbamos de vez en cuando a la siega. |
Un día feliz en la campa que rodeaba la casa. La abuela hablaba poco pero no dejaba nunca de leer el periódico o de escuchar las novelas radiofónicas. Foto de Alberto Montes.
La merienda familiar con invitadas: Milagro Fuentes y otra amiga. Además la abuela Isabel, la tía Dolores, la tía Mª Luisa Urruchúa, el tío Juan y la prima Mª Luisa. En muchas de esas meriendas se ofrecían las galletas de nata que hacía la tía Dolores. Esa era la costumbre, pero la celebración máxima llegaba cuando alguien de la familia iba a Bilbao y traía una enorme bandeja de pasteles de Zuricalday con los exquisitos bollos de mantequilla, los pasteles rusos que encantaban a mamá, los milhojas o los pastelillos de arroz. Foto de Alberto Montes.
Fiesta en un local del pueblo al que llamábamos "Jamonería". Foto de Alberto Montes.
Paella en la campa de casa Azaola. Foto de Alberto Montes.
Sobremesa con lectura de periódico. Foto de Alberto Montes.

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A la derecha Frederic Wolf Montes, Nuria Salazar Montes, Victoria Montes Amuriza, Lola Montes Amuriza y su hijo Güido Sender Montes, Alberto Montes Amuriza, Beatriz Montes Amuriza, Pedro Salazar Sans, Maribel Montes Amuriza y su hijo Philip Wolf y detrás Javier Wolf. Delante en medio, los patriarcas: Alberto Montes Azaola y Begoña Amuriza Velasco. |
Alberto y Begoña con sus hijos y nietos. De aquí derivan las familias Wolf-Montes (los Wolf, franceses de origen, se apellidaban Saint Jaques pero en la revolución francesa tuvieron que huir a Inglaterra por evitar la guillotina debido a su origen y adoptar el Wolf para regresar a Francia), Salazar-Montes (Salazar fue pelotari y consiguió un contrato en Florida) y Sender (sobrino de J.R. Sender) -Montes. Todas ellas continuadoras de la tradición migratoria, en busca de mejores oportunidades, a Francia, EEUU, las dos primeras, y a Italia, la última como funcionaria en la difusión de la lengua y cultura españolas, aunque, a la postre, siempre regresando a España.
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